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    PERMANECED EN MI AMOR

    Queridos amigos, paz a vosotros desde Jerusalén, ¡desde Getsemaní! 


    ¡No es tan fácil escribir este saludo habitual! Todos sabemos que la ‘paz' que invocamos desde Jerusalén, en el mes que acaba de terminar, ha sido fuertemente amenazada por vientos de guerra y violencia. ¡Nosotros, que estamos aquí frente a esta ciudad del cumplimiento del Amor y entre estos pueblos, nos damos cuenta de que la Palabra del Señor y su mandamiento ¡parecen desconocidos! Sin embargo, es necesario el perdón y el respeto al otro para poder volver a dialogar a pesar de la diversidad. Necesitamos a Dios; solos, con nuestras fuerzas y estrategias no conseguimos hacer nada (Jn 15,5).

     

    Os compartimos una frase de Jesús que ha resonado fuertemente en este tiempo tan dramático y particular: "Como el Padre me amó, así también yo os he amado a vosotros. Permaneced en mi amor (...) Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, como yo os he amado" (Jn 15, 9.12).

    ¡Mirando la Roca sobre la que el Señor ha sudado su preciosísima Sangre, esta Palabra y este Amor del que habla Jesús lo "vemos" verdadero y real! Asume como una autorizada profundidad: ¡lo ha dicho, lo ha vivido, para todos nosotros!

    ¡La medida de su Amor por nosotros es la del amor del Padre... así Jesús nos invita (¡nos manda!) a amarnos del mismo modo!

     

    El adverbio "como" no debe entenderse como un término de comparación o de cantidad, es decir, un esfuerzo por nuestra parte para devolver el amor del Señor con nuestras capacidades, ¡porque nos damos cuenta de que nuestro amor sería un amor inconstante y fallido! En el ámbito bíblico-evangélico este adverbio tiene un significado "generativo": podemos amar al Señor y a nuestro prójimo, que Dios nos pone al lado, porque hemos sido amados de este modo, hemos recibido este amor... ¡Todo esto es verdad y conmueve! Lo vemos AQUÍ en Getsemaní, en la Cruz, en el Resucitado que viene a nuestro encuentro y nos dice "¡Soy yo!" y en el Consolador, el que nos recuerda su Palabra de Alianza Eterna: "El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Jn 14, 26). Nos hemos dado cuenta, en este tiempo marcado por el odio, de que quien no es capaz de acoger y vivir a Jesús, el Rey de la paz, el Padre Dios y Creador de todo y al Espíritu de amor, no puede encontrar un verdadero camino de paz y perdón. Que nuestra oración sea acción de gracias, alabanza e intercesión, para que toda la humanidad pueda volver al verdadero Dios.


     

    ¡Unidos en la oración al Señor!

    Hora Sancta

    Somos los hijos de Francisco, custodiamos por voluntad de Dios uno de los lugares más queridos por Jesús: el jardín llamado GETSEMANÍ. Es un lugar único en el mundo: el lugar donde el Señor manifiesta su Sí para siempre con su disponibilidad para entrar donde jamás ha entrado nadie, el lugar donde se hunde en la oscuridad, en su última batalla contra la muerte, por la que la Humanidad siempre ha resultado vencida.

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