Queridos amigos de Getsemaní, ¡que el Señor os conceda su Paz! Al final de la santa misa diaria en nuestra Basílica de Getsemaní, en un breve momento de recogimiento, doy gracias, oro al Señor y beso la Roca sagrada que ha acogido la preciosísima sangre de nuestro Salvador.Son diversas las consolaciones que el Señor da en este santo lugar y deseo compartir una: el agua que brota de la roca para el pueblo sediento a través de la intercesión de Moisés. ''Yo estaré allí ante ti, junto a la roca de Horeb. Golpea la roca, y saldrá agua para que beba el pueblo'' (Ex 17,6).No comento el contexto dramático narrado en el Éxodo sino que subrayo solo 4 aspectos dignos de atención: Moisés, mediador entre Dios Padre y el pueblo; la roca que es golpeada; el agua que brota de ella y sacia; el pueblo necesitado y agotado.¡Estos son solo aspectos sencillos que nos hablan a cada uno de nosotros y nos ayudan a reflexionar, porque ¡la Palabra de Dios es eterna! (Is 55, 9-12) No hay tiempo para lo que es eterno y eterno es el diálogo entre Dios y nuestra alma. En este jardín, Jesús es el nuevo y único Mediador que intercede por el hombre del pasado, del presente y del futuro, Él mismo, rezando más intensamente, de rodillas y con las gotas de sangre que caen al suelo (Lc 22,44) golpea esta Roca. ¡La acción salvífica que brota de ella, la ofrenda suprema del Hijo de Dios, nacida en el Cenáculo, sufrida AQUÍ y culminada en el Calvario es el agua que sacia la sed de las almas de todos los tiempos! Todos estamos involucrados e interpelados.Nuestra oración, pedida explícitamente por el Señor en este lugar santo, expresa toda su fuerza e importancia con dos significados: es como una ola de su GRACIA que se transforma en descanso y nuevo aliento vital de las almas necesitadas y, al mismo tiempo, se convierte en imperativo de Dios y advertencia para el maligno y todos sus adeptos, que los hace retroceder en sus inicuos proyectos de adversidad contra Dios y la humanidad.. Os invitamos a venir espiritualmente AQUÍ en oración.En nuestra adoración o de cualquier modo en el que logremos rezar, ''golpeamos'' también nosotros con nuestras rodillas la Roca de nuestra salvación (Sal 94,1).
Hora Sancta
Somos los hijos de Francisco, custodiamos por voluntad de Dios uno de los lugares más queridos por Jesús: el jardín llamado GETSEMANÍ. Es un lugar único en el mundo: el lugar donde el Señor manifiesta su Sí para siempre con su disponibilidad para entrar donde jamás ha entrado nadie, el lugar donde se hunde en la oscuridad, en su última batalla contra la muerte, por la que la Humanidad siempre ha resultado vencida.