Queridísimos amigos de Getsemaní, ¡el Señor os conceda su Paz!
En este mes nos parece oportuno haceros partícipes de una parte de la carta de nuestro Custodio de Tierra Santa, con ocasión de la emergencia de los damnificados. Todos nos sentimos impotentes ante esta calamidad. Que sea ocasión de oración y solidaridad para todos nosotros y sea, por un don abolutamente celestial, cada vez más un corazón palpitante que permite a las manos estrechar otras manos, a los pies ir hacia quien está necesitado, ser un abrazo que consuela. Oremos más intensamente en este tiempo cuaresmal de conversión que acaba de comenzar.
Esto es lo que escribe el P. Francisco:
Como ya sabéis, la mañana del 6 de febrero un terrible terremoto sacudió Turquía y Siria, sembrando la destrucción y la muerte. Como frailes de la Custodia de Tierra Santa estamos viviendo en primera persona el drama humanitario que esta calamidad ha causado. En Siria se han visto particularmente afectadas las zonas del noroeste, donde los frailes estamos presentes: las comunidades del Valle del Oronte, Alepo y Latachia.
Tenemos contacto directo con los frailes que viven allí y que, gracias a Dios, han resultado ilesos. Ellos mismos cuentan cómo, en esta fase de emergencia, están tratando de cubrir las necesidades de miles de personas que todavía están en shock por la devastación experimentada. Actualmente nuestros hermanos están hospedando y dando de comer a unas 4.000 personas en Alepo y 400 en Latachia; en los pueblos de Knaye y Yakoubie nuestras estructuras también están destruidas pero los frailes allí presentes tratan de coordinar las ayudas. Lamentablemente, prevemos que la situación de grave dificultad se prolongará durante mucho tiempo.
La gente busca refugio contra el frío, una comida caliente, mantas, una palabra de consuelo y esperanza. Muchos han perdido a sus familiares y sus casas . Otros no pueden volver a sus hogares porque están en ruinas. Por ahora hay que hacer frente a la emergencia, cuanto antes habrá que empezar a verificar qué casas son viables y cuáles no, luego comenzar a reparar y reconstruir.
Si por una parte reconocemos la importancia de satisfacer las necesidades de carácter material, por otra tratamos de ser portadores de esperanza, dando consuelo a las personas desanimadas y asustadas. Gracias también a las ayudas de muchos, logramos estar presentes a través del ministerio de la caridad, cerca de las personas solas e impotentes frente a esta calamidad que nos ha sacudido interiormente también a todos nosotros.
Como Custodia, gracias también a vuestra ayuda, haremos siempre todo lo posible para apoyar esta misión y ayudar a la población local. Ya hemos iniciado una recaudación de fondos a través de la asociación Pro Terra Sancta (cfr. el sitio https://www.proterrasancta.org) y es posible hacer llegar donaciones también al Economato custodial con la causa "Ayuda a los Damnificados" (cfr. el sitio https://custodia.org).
Recemos por todos los afectados por el terremoto y movilicémonos todos para aliviar este nuevo sufrimiento que ha afectado a nuestros hermanos después de 12 años de guerra.
Que el Señor os bendiga,
Fr. Francesco PATTON OFM
Custodio de Tierra Santa
